Después de las primeras e interesantes exposiciones en Galería 16 de San Sebastián en las que mostró sus trabajos en red metálica y papel, En 1993 Berridi realiza en el Museo San Telmo de esta misma ciudad, su primera gran exposición en un centro público. En este caso sustituye la red metálica por zinc y realiza un conjunto de grandes piezas de zinc plegado con papel y pigmentos que suponen una notable evolución formal en su escultura.
Las esculturas de malla metálica de su primera época estaban llenas de variados matices de color, en ellas Berridi experimentó con la simbiosis de los pigmentos y el papel y se recreó con gran libertad en la intensidad pictórica. Las obras de San Telmo son obras más minimalistas, aunque, a pesar de su mayor formalismo, contención y uniformidad en los tonos, conservan el tono lírico y suponen una elegante profundización en la relación objeto, materia y color.
Mediante este conjunto de piezas, de claras reminiscencias orgánicas, el artista comienza a dejarse cautivar por una mayor reflexión formal y espacial, aunque ese interés por los problemas escultóricos tradicionales no enturbian la que fue desde el principio su obsesión por la rápida plasmación de la idea artística, su interés en que esa aparente rapidez permaneciera como una cualidad esencial de la pieza, una especie de impresionismo escultórico que pretende trasladar al mundo de los objetos y la escultura la que fue una cualidad temporal revolucionaria y esencial en los primeros cuadros del impresionismo.
Uno de los temas importantes en la obra de este artista es poner de manifiesto el sentido de lo efímero y otro, no menos esencial es aligerar el objeto escultórico, transformarlo en una sensación, desvincularlo de la necesidad de perduración.
- Fecha: 1993
- Categorías: Esculturas, Figuras de Zinc
- Lugar: Museo San Telmo, Plaza Zuloaga, 1 , San Sebastián